En el texto de la ley de administración nacional se establece un crecimiento de un punto porcentual para el Producto, un precio del dólar de 67 pesos promedio y de 75 pesos para diciembre y una inflación del 34 por ciento.
Para este año anticipa una inflación de 52,8 por ciento. “Los resultados en pobreza y crecimiento fueron inferiores a los que esperábamos”, afirmó Lacunza, quien reemplazó a Nicolás Dujovne cuando presentó su renuncia a los pocos días de la derrota contundente que sufrió el oficialismo en las PASO.
Lacunza insistió en que “hubo inconsistencias en el programa económico (macrista)”, pero hizo referencia a mejoras en los últimos años, aunque no aliviaron la pobreza ni hicieron crecer a la economía. “A fin de este año vamos a estar en el punto de origen (cuando asumió Cambiemos, pero esta vez con mejores perspectivas”, afirmó.
En cuanto a la herencia, aclaró que no haría “juicios de valor” pero recordó: “Como punto de partida, veníamos de un ciclo corto de los cuatro años previos donde no hubo generación de empleo privado, hubo inflación, distorsión de precios relativos y un agudo desequilibrio fiscal”. Además, sostuvo que durante la transición “el gradualismo no fue una elección sino una imposición de la realidad” y que “tuvo que ser financiado con emisión de deuda”.
El ministro explicó que el préstamo stand by otorgado por el Fondo Monetario Internacional “no es otra cosa que sustituir deuda privada que estaba contraída a una tasa promedio del 6,5% por un préstamo a una tasa del 4%, con la idea de no tener un corte abrupto del financiamiento y no obligar a un ajuste fiscal muy severo y repentino”.
En otro orden, señaló que: “Tras las elecciones primarias hubo una reacción de mercado donde se duplicó el riesgo país, hubo una depreciación nominal (del peso) del 25% y se redujeron drásticamente las posibilidades de renovación de la deuda de corto plazo en Argentina”.
Lacunza enfatizó que “ningún gobierno puede hacer reformas solo; ni este, ni el anterior, ni el próximo. Es un mal que tengamos que resetear la economía cada vez que empezamos un período presidencial”.
Por eso apuntó que: “A las diferencias ideológicas algunos la ilustran con la palabra grieta, pero nos debemos un 36% de pobreza y un 69% de inflación desde el regreso a la democracia”.
En contraposición, se refirió a las “coincidencias” y destacó que “el gasto social va a ser el 78% del gasto primario”, ya que “este gobierno robusteció”, dijo.
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